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La soledad de los escritores

La soledad de los escritores

En una entrevista realizada al escritor Edmundo Concha, uno de los pocos que "trabajan el estilo", éste hablaba sobre la soledad, específìcamente, su soledad. Decía:" soy solitario, no por voluntad, sino por naturaleza. Yo no lo he decidido. Esos solitarios que deciden por su voluntad, son falsos".

Y agregaba:" la soledad en ciertos intelectuales es una pose".

Su planteamiento puede resultar inclasificable para la mayoría: ¿Cómo una persona se desliga del mundo exterior y lo pasa mejor en el silencio de su casa?, ¿y la tele, los malls, la política, los préstamos financieros, la gimnasia bancaria, los negocios, las radiofusoras, el copucheo, etc.?

Cuesta pensar que existan personas que se aíslan y sólo cultivan su espiritualidad, en este caso leer y escribir (como Alone).

Sin duda son personas hipersensibles, con gran riqueza interior, y eso los hace capaces de no importarle las cosas que al común le interesa, sino abocarse a la lectura y a escribir.

Existen y han existido siempre. Y siempre han chocado con el exterior, vulgo masa, porque a ésta no le cabe el desligamiento de alguna de sus partes, ya que constantemente lucubra que el mundo está inmerso en la mayoría.

Distinto es el caso de los que "posan" de intelectuales, escritores o artistas, vistiéndose ex profeso de maneras informarles, adoptando modos de expresarse que suponen originales y buscando una soledad que es falsa, porque no la sienten ni va con ellos, sino es solamente una forma de parecer antes que ser.

El espectáculo de tanto artista extraño en su formar de vestir y que sólo busca destacarse para llenar el vacío que transportan, es común en todas partes, y, al observarlos, sólo cabe la sonrisa.

Ciertamente los artistas en general necesitan de algún sosiego para realizar su trabajo y esa quietud, obviamente, importa la soledad. Es imprescindible. Sólo las personas inteligentes y cultas entienden esto y lo respetan. Los tontos, los huecos, los mediocres, no pueden y le saben a "rareza", a cuestión de locura.

Por eso los verdaderos artistas se rodean de seres que los comprenden y se amoldan a sus costumbres. De lo contrario, pierden.

Interesante el tema de la soledumbre en los escritores, en especial porque toca un punto exclusivo que conviene tener en cuenta.

En nuestra vida, hemos percibido la diferencia que marca la clausura interior.

No ha sido fácil, porque se tiene que lidiar a diario con las obligaciones, los deberes, "las cosas simples de la vida".

En el fondo, nadie entiende.

Arturo Flores

 

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