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Elegía por nosotros

Erguida en tu silencio y en tu orgullo,

no sé con qué señor que te enamora,

comentas a manera de murmullo:

¡Mirad ese es el hombre que me adora!

Yo paso como siempre, absorto,... mudo,

y tú nerviosamente te sonríes,

sabiendo que detrás de mi saludo,

te ahondas y después te me deslíes.

Yo sé que ni te busco, ni te sigo,

que nada te mendigo, ni reclamo,

comento, nada más con un amigo:

"Esa es la mujer que yo más amo".

Yo sé que mi cariño recriminas,

es claro tú no entiendes de esas cosas,

qué sabe del perfume y las espinas,

quien nunca estuvo al lado de las rosas.

Tú sabes que jamás suplico nada,

y me sabes cautivo de tus huellas,

que vivo en la región de tu mirada,

y comparto contigo las estrellas.

Un día nos veremos nuevamente,

y es lógico que bajes la cabeza,

tendrás muchas arrugas en la frente,

y el rostro entristecido y sin belleza.

Serás menos sensual en la cadera,

tus ojos no tendrán aquel hechizo,

y aún murmuraré- ¡Si me quisiera!

tú sólo pensarás: ¡Cuánto me quiso!

José Ángel Buesa

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