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Estaba tan ocupado...

Estaba tan ocupado... Estaba tan ocupado con las actualizaciones de su página web, que descuidó actualizar su propia vida: dejó de frecuentar a los amigos, se ocupaba cada vez menos de sus hijos y, sobre todo, olvidó decirle que la quería. Apenas dirigía miradas fugaces a aquellos ojos que antes le encendían el alma, dejó de actualizar los besos, que se hacen viejos tan pronto, y no alimentó de ninguna manera las ilusiones que un día compartieron. Y cuando quiso actualizar su vida, había olvidado la contraseña de acceso. Y los amigos, los hijos, y sobre todo ella, sólo le devolvían mensajes de error que le instalaron, primero en la confusión, y después en la profunda locura.

Víctor M. Juan Borroy

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