El decálogo de Pro-scrito
1- Aprender, aprender, aprender. Nunca se sabe lo bastante.
2- Escribir cada día. Ejercitarse, practicar.
3- Vivir. Para escribir sobre la vida, el amor y las personas, es imprescindible vivir, permanecer aislado en el reino de la fantasía es peligroso.
4- Plantearnos objetivos claros. Organizar la estructura de la trama argumental para no dispersarse y encontrar el desenlace adecuado.
5- Ojo al principio y al final. La primera frase de un texto debe actuar como "gancho" para atraer la atención del lector. Un buen final es el secreto que hace un texto memorable.
6- No tener prisa por publicar. Antes de dar a conocer nuestra creación hay que llenar muchas papeleras con borradores.
7- Leer. Leer obras clásicas de autores universales que sean modelos de referencia, y leer crítica literaria para encontrar nuevas ideas y estrategias.
8- Corregir, revisar, pulir. Antes de poner el punto final debemos saber que nuestra obra todavía es mejorable. Para ello guardar el texto un tiempo y volver a releerlo de forma más objetiva.
9- Ser autocrítico. Mirar el texto desde diferentes ángulos, desde la posición del lector. Analizar sugerencias u opiniones de
otros puede proporcionarnos una visión más imparcial de nuestra obra.
10- Leer en voz alta. Es posible que al ojo corrector se le escapen fallos, pero el oído detecta cacofonías y aspectos oscuros del texto.
2- Escribir cada día. Ejercitarse, practicar.
3- Vivir. Para escribir sobre la vida, el amor y las personas, es imprescindible vivir, permanecer aislado en el reino de la fantasía es peligroso.
4- Plantearnos objetivos claros. Organizar la estructura de la trama argumental para no dispersarse y encontrar el desenlace adecuado.
5- Ojo al principio y al final. La primera frase de un texto debe actuar como "gancho" para atraer la atención del lector. Un buen final es el secreto que hace un texto memorable.
6- No tener prisa por publicar. Antes de dar a conocer nuestra creación hay que llenar muchas papeleras con borradores.
7- Leer. Leer obras clásicas de autores universales que sean modelos de referencia, y leer crítica literaria para encontrar nuevas ideas y estrategias.
8- Corregir, revisar, pulir. Antes de poner el punto final debemos saber que nuestra obra todavía es mejorable. Para ello guardar el texto un tiempo y volver a releerlo de forma más objetiva.
9- Ser autocrítico. Mirar el texto desde diferentes ángulos, desde la posición del lector. Analizar sugerencias u opiniones de
otros puede proporcionarnos una visión más imparcial de nuestra obra.
10- Leer en voz alta. Es posible que al ojo corrector se le escapen fallos, pero el oído detecta cacofonías y aspectos oscuros del texto.
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