Precursores
Una fantasía futurista publicada en 1896 por el inglés M.P. Shiel, hablaba de un grupo de asesinos crueles que asolaban Europa exterminando a los que impedían progresar a la humanidad y quemando luego sus cuerpos. El título del libro era Las S.S. (The S.S.).
Otro caso sorprendente es el de Jonathan Swift, autor de Los viajes de Gulliver, escritos en 1726. En estas obras se describen con precisión los satélites de Marte, Fobos y Deimos, 150 años antes de que los descubriera el astrónomo Asaph Hall. En la aventura que transcurre en el país de los liliputienses, éstos hacen un cálculo matemático para alimentar al gigantón Gulliver. Los enanos establecen que la cantidad de alimentos requerida por un animal es proporcional a tres cuartos del peso de su cuerpo. Una ley que no fue descrita científicamente hasta el año 1932.
Wherner von Braun confesó que para el diseño de los cohetes de tres fases utilizados por EE.UU. en la conquista espacial, se inspiró en El viaje a la Luna de Cyrano de Bergerac, escrita en 1633. En ella, el escritor también describe la gravedad 50 años antes que Newton, y la radio dos siglos antes que Marconi.
Julio Verne, a finales del XIX, describió en Veinte mil leguas de viaje submarino un vehículo para surcar el fondo del mar con tanto detalle que, cuando se presentaron las primeras patentes de algunos componentes de los submarinos, éstas fueron denegadas porque el escritor ya las había hecho del dominio público.
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