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Hasta luego

I
La mariposa boreal se acerca y el candor
Y gira sobre su eje geológico con un halo
Antes que la flor helicóptera que seguimos con los ojos
En la dirección del apacible perfume sin capa
Se caiga de su carácter
La sangre de la montaña brota inagotable
A causa de sus flores y sus olvidos
Bajo la calma mirada del viento
Qué altura me dais para el veraneo del cráneo
Os desafío a todos os desafío
El pájaro pondrá su huevo sobre el porvenir
Gritando Tanto peor
Os traigo los recuerdos de Altazor
Que jugaba con las golondrinas y los cementerios
Los molinos las tardes y las tumbas como bolsillos del mar
Os traigo un saludo de Altazor
Que se fue de su carne al viento estupefacto
Hasta luego señores
Hasta luego árboles y piedras


II
Cierra el panorama de los ojos en su tallo
Con su cielo y las palomas continuadas
Cierra el lago de la boca
Y la prisión de risas bajo el agua del sueño precioso
Cierra el piano de palabras amadas por los siglos
Y el jardín sensible de los cabellos
Las proyecciones del calor interno
El dolor que busca las fronteras del corazón
Cierra la colina de las orejas
Con todo su oro y sus piedras de milagro
Robadas en el cofre de los poetas enamorados
Que eran como olas despedidas por la muerte
Cierra los arroyos de los sueños
Y la luz de la frente en árboles químicamente puros
Cierra el panorama envidriado de los ojos


III
Vendedor de luces conocidas como el sonido de los tambores
Bajad los rebaños de los pastales celestes
Venid aquí con la mordida estrella
Venid a acariciar estas pequeñas miradas en círculo junto al fuego
Las miradas recién nacidas
Las miradas en pañales de lana y de amor
Más hermosas que los ríos de la ternura
Más hermosas que los cabellos de la lluvia y el mundo caliente de la luz
Más hermosas que la fatiga necesaria a las caricias
Inconfesables de las alondras en la atmósfera


IV
Aquí los mirajes de los dromedarios afables
Aquí la catarata cerrada multiplica los valores
De la fuerza irremediable como su tiempo
Su elocuencia detiene a los enamorados
Las miradas en hilo y los vasos comunicantes de los corazones llenos
Bebamos las llamaradas de aventura como el agua ardiente del huracán
Aquí el horno de la aurora
Y algunas migas de nubes después de la fiesta de los pájaros glotones
Aquí la noche que ata a los amantes
Todo esto y luego la pesadez enterrada de la edad
En los hermosos paseos arqueológicos
Que tienen tanto orgullo como si se bañara un caballo
Aquí para la desconocida semejante a la estatua
El pescado que vive de lágrimas del pescado en rehén
La flor de la memoria encerrando sus abejas
Y los lingotes de la borrasca


V
A los ladrones los oscuros ladrones
En el acuario de los ojos
Donde ella duerme sin el menor presentimiento
Las emisiones llegan al coral de su corazón
Se despierta y va a llorar
Yo coloco en mi oreja el dulce caracol
Para oír los gritos de las náufragos antiguos
Tan cruelmente amarrados
El iceberg sereno como un emperador
Sigue su destino
Obedece ciegamente a las líneas de su mano
Os lo advertí hasta el cansancio
Cuando se viaja en busca de la niña América
Se juega a los náufragos y se atrae el abismo
Pero no tengan miedo
Pronto uno se acostumbra y hasta se siente cierta ebriedad
Y se pasa el tiempo
Mostrando sus dientes de leche a las perlas del juicio
Que preparan el Juicio Final


VI
La margarita es un armario de probables sonidos
Lleno de dulzuras para los insectos
Y las abejas de la memoria que cambian de hemisferio
Las noches pasan mirando las serpientes del horizonte
Y los barcos linternas desoladas
Que buscan en el olvido una ola más consciente
Para decirle su canción
Las cortinas de la camelia distante
Se apartan y he ahí la luz en vértigo creciente
La luz que hace pensar en los labios
Hinchados por el calor y por la altura


VII
Vagabundaje de los ríos
Qué envidia me dais en todo tiempo
Un caso de fuerza mayor
Impide a las olas rodar
Es triste para los ahogados
Que no lo supieron en su noche idolatrada
El Rin es un turista
Visitante de viejos castillos
Gira gira tu agua cinematográfica
Mojada de miradas tan bellas que se hacen oír como voces
Gira gira tu Loreley en su canción hipnotizada
El ruiseñor está amarrado por sus cantos
Al árbol de su gusto exquisito
Mientras dice sus amarguras de noche
Tu sonrisa marítima y templada
Abre la puerta
A las libélulas de tu dulzura íntima
A tus voces de Rin hipnotizado y Loreley


VIII
En un se diría tal vez
En estatua de silencio ofrecido a sus cielos
En largos fríos que bajan por el horizonte
En piedra de olvidos
Que se me cae encima y se evapora
Como paisaje de cisnes instantáneos
Letanías que atan el tiempo a ciertos árboles
Y a los senos de la primera víctima
Ventana de olores marinos
Así en caída de ojos y manos
Así en tradición de castillos angustiados
Y ríos devorados por la noche
Así

Vicente Huidobro

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