Usted decide
Supóngase, es en serio, que usted al nacer hubiera tenido la opción de escoger. Primero, fundamental, la fecha: ¿antes o después de Cristo? Yo le aconsejo que sea mucho después de Cristo, no sea que resulte comido por un león anticristiano en un coliseo antiguo. Pero defina el período (edad media, edad moderna, edad contemporánea, siglo XXI, siglo XXX, etc.). ¿Y el año? Mas ahora vienen otras complicaciones: raza y sexo, en cuyo último caso desestimemos a los de en medio; nos limitaremos a hombre o mujer. ¿Y el país?, usted tiene la última palabra; pero me imagino que todos, sin excepción, optarán por el primer mundo, no por el segundo y mucho menos por el tercero.
Ahora bien, ¿la profesión?, mejor dicho, ¿el oficio? Considere que puede ser abogado, cura, ingeniero en esto o aquello, dentista, pandillero, narcotraficante, maestro, comerciante, etc., etc. También puede ser político, aunque en realidad éste no es un oficio; digamos, mejor, ¿diputado?, ¿ministro?, ¿presidente ejecutivo? Y, antes que el oficio, ¿sector público o privado? Finalmente, defina sus ingresos económicos, el impuesto sobre la renta, edad a la que desea morir, número de hijos y tantas etcéteras como su imaginación le sugiera.
Ahora sí, ¿qué tenemos?, fácil: un hombre de raza blanca nacido en Estados Unidos de Norteamérica en el año 2.060; congresista; dos hijos; salario exorbitante; sobre impuestos ya sabemos: que otros paguen, usted no; bígamo sin riesgo alguno; querrá morir (en realidad no desea; pero escoger es obligado) a los noventa y nueve años, en plena lucidez y en perfecto estado de salud (procurará, supongo, que le caiga un rayo en verano). No quiero, en realidad no puedo, justificar el acierto; entre otras cosas, no hay que herir susceptibilidades; pero ayudaré con algo: la mujer se queja siempre de indefensión, abuso, discriminación, embarazos, menstruación, menopausia y otras cosas. Respecto del congresista, ¿quién no envidia una sinecura? Lo del año es por aquello de vivir hacia el futuro, no tan distante por la incertidumbre y, a mayor abundamiento, ¡qué de artículos electrodomésticos!, ¡qué automóvil! (posiblemente lo mueva el agua), ¡qué de viajes!, ¡qué de opciones! Y son dos hijos porque uno se nos hace muy "chineado", más de dos es un fastidio. Lo supuse blanco porque así lo quiso Michael Jackson.
En todo caso, la conclusión de esta trama es algo que no imagina: si el ser humano escogiera, no habría historia ni futuro; ¿quién nació antes del año 2.060?, ¿quién nacerá después si todos seremos hombres? Y algo más evidente: nuestras madres, las de ellas, sus abuelas y hasta Eva, todas fueron hombres si al escoger escogieran, pues la opción es para todos: desde el origen del hombre hasta el final de los siglos. Tome en cuenta que, si pudiera haber nacidos después del año 2.159, desearán (pero recuerde que no hay mujeres) no nacer después pues siempre se añorará el pasado con un futuro tan triste (no hay mujeres; no hay historia; no hay "básquet" pues ya no hay negros; no habrá juegos pirotécnicos pues no habrá pólvora sin los chinos; no hay "vídeos", no habrán "fotos", ni siquiera transistores, ya que no hubo japoneses que los crearan y vendieran).
Por eso, he aquí lo bueno, dejemos de preocuparnos por escoger el futuro, por estudiar a la fuerza, por trabajar con desgano, por el sueldo y el mañana, por la salud y el dinero, que si la vida depara, a todos, lo que quisieran, no habría vida en esta tierra.
Adrián Rodríguez Solórzano
Ahora bien, ¿la profesión?, mejor dicho, ¿el oficio? Considere que puede ser abogado, cura, ingeniero en esto o aquello, dentista, pandillero, narcotraficante, maestro, comerciante, etc., etc. También puede ser político, aunque en realidad éste no es un oficio; digamos, mejor, ¿diputado?, ¿ministro?, ¿presidente ejecutivo? Y, antes que el oficio, ¿sector público o privado? Finalmente, defina sus ingresos económicos, el impuesto sobre la renta, edad a la que desea morir, número de hijos y tantas etcéteras como su imaginación le sugiera.
Ahora sí, ¿qué tenemos?, fácil: un hombre de raza blanca nacido en Estados Unidos de Norteamérica en el año 2.060; congresista; dos hijos; salario exorbitante; sobre impuestos ya sabemos: que otros paguen, usted no; bígamo sin riesgo alguno; querrá morir (en realidad no desea; pero escoger es obligado) a los noventa y nueve años, en plena lucidez y en perfecto estado de salud (procurará, supongo, que le caiga un rayo en verano). No quiero, en realidad no puedo, justificar el acierto; entre otras cosas, no hay que herir susceptibilidades; pero ayudaré con algo: la mujer se queja siempre de indefensión, abuso, discriminación, embarazos, menstruación, menopausia y otras cosas. Respecto del congresista, ¿quién no envidia una sinecura? Lo del año es por aquello de vivir hacia el futuro, no tan distante por la incertidumbre y, a mayor abundamiento, ¡qué de artículos electrodomésticos!, ¡qué automóvil! (posiblemente lo mueva el agua), ¡qué de viajes!, ¡qué de opciones! Y son dos hijos porque uno se nos hace muy "chineado", más de dos es un fastidio. Lo supuse blanco porque así lo quiso Michael Jackson.
En todo caso, la conclusión de esta trama es algo que no imagina: si el ser humano escogiera, no habría historia ni futuro; ¿quién nació antes del año 2.060?, ¿quién nacerá después si todos seremos hombres? Y algo más evidente: nuestras madres, las de ellas, sus abuelas y hasta Eva, todas fueron hombres si al escoger escogieran, pues la opción es para todos: desde el origen del hombre hasta el final de los siglos. Tome en cuenta que, si pudiera haber nacidos después del año 2.159, desearán (pero recuerde que no hay mujeres) no nacer después pues siempre se añorará el pasado con un futuro tan triste (no hay mujeres; no hay historia; no hay "básquet" pues ya no hay negros; no habrá juegos pirotécnicos pues no habrá pólvora sin los chinos; no hay "vídeos", no habrán "fotos", ni siquiera transistores, ya que no hubo japoneses que los crearan y vendieran).
Por eso, he aquí lo bueno, dejemos de preocuparnos por escoger el futuro, por estudiar a la fuerza, por trabajar con desgano, por el sueldo y el mañana, por la salud y el dinero, que si la vida depara, a todos, lo que quisieran, no habría vida en esta tierra.
Adrián Rodríguez Solórzano
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