Nosferatu
Con la capa caída,
y después de la última cena
bebió de su propia sangre
para amortiguar la pena.
Era pálida su piel,
más pálida aún que al principio;
y era negra la peste
que había invadido el castillo.
Y para salvar su idilio
caminó por las tinieblas,
que ayer habían sido hogar
de la pueril inocencia.
Y al verse en su esplendor
El mandala agrietó sus redes.
Y al profanar su piel
Murió el Dios de los laureles
Y su sangre corrió,
como ofrenda para ella,
y el sueño terminó
sin pulcritud, sin decencia
Y su idilio traidor,
traicionado por la suerte
a las sombras se marchó,
cabalgando por la muerte.
Emilia Carabajal
y después de la última cena
bebió de su propia sangre
para amortiguar la pena.
Era pálida su piel,
más pálida aún que al principio;
y era negra la peste
que había invadido el castillo.
Y para salvar su idilio
caminó por las tinieblas,
que ayer habían sido hogar
de la pueril inocencia.
Y al verse en su esplendor
El mandala agrietó sus redes.
Y al profanar su piel
Murió el Dios de los laureles
Y su sangre corrió,
como ofrenda para ella,
y el sueño terminó
sin pulcritud, sin decencia
Y su idilio traidor,
traicionado por la suerte
a las sombras se marchó,
cabalgando por la muerte.
Emilia Carabajal
0 comentarios