La cruz del alquimista
Creo que me estoy volviendo loco.
Y aunque la verdad sea
Que estamos todos locos
Y tan locos y tan todos
Que da pánico y da pena
Creo que yo me estoy volviendo loco.
No sé a ustedes, pero a mí
Me pasa una cosa rara, muy rara,
arriba de las micros,
Sobre todo si voy sentado a la ventana
Mirando para afuera
Permitiendo que el paisaje y las ideas
Se acaricien y se amen irresponsablemente.
Por ejemplo, esta mañana,
Una mujer como un harapo hambriento y seco
Se apareció de pronto en la hediondez
de las pesqueras en Lo Rojas
Y se lavó la cara en una poza;
Y junto a la mujer había un quiltro flaco
De una flacura de palote,
Como un niño carcomido por la roña de Lo Rojas,
Y el quiltro me miró
Moviéndome la cola
Con la cabeza de un pescado
En el hocico.
Si, me pasa una cosa rara,
muy rara, arriba de las micros.
Sólo que después y de repente,
en medio de mi soledad,
Esa cosa rara, muy rara,
Como víbora o tarántula,
Despelleja su evidencia
Y ahora no me acuerdo
Si era una mujer o era un harapo
Bebiendo el agua de una poza en la vereda
Lo que vi;
Ni me acuerdo si a su lado había un quiltro flaco,
O había un niño
Famélico
Mirándome
Llevándose a la boca
La cabeza de un pescado.
Enrique Ulises Silva Rodríguez
Y aunque la verdad sea
Que estamos todos locos
Y tan locos y tan todos
Que da pánico y da pena
Creo que yo me estoy volviendo loco.
No sé a ustedes, pero a mí
Me pasa una cosa rara, muy rara,
arriba de las micros,
Sobre todo si voy sentado a la ventana
Mirando para afuera
Permitiendo que el paisaje y las ideas
Se acaricien y se amen irresponsablemente.
Por ejemplo, esta mañana,
Una mujer como un harapo hambriento y seco
Se apareció de pronto en la hediondez
de las pesqueras en Lo Rojas
Y se lavó la cara en una poza;
Y junto a la mujer había un quiltro flaco
De una flacura de palote,
Como un niño carcomido por la roña de Lo Rojas,
Y el quiltro me miró
Moviéndome la cola
Con la cabeza de un pescado
En el hocico.
Si, me pasa una cosa rara,
muy rara, arriba de las micros.
Sólo que después y de repente,
en medio de mi soledad,
Esa cosa rara, muy rara,
Como víbora o tarántula,
Despelleja su evidencia
Y ahora no me acuerdo
Si era una mujer o era un harapo
Bebiendo el agua de una poza en la vereda
Lo que vi;
Ni me acuerdo si a su lado había un quiltro flaco,
O había un niño
Famélico
Mirándome
Llevándose a la boca
La cabeza de un pescado.
Enrique Ulises Silva Rodríguez
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