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El otro lado de la línea

El otro lado de la línea Al otro lado de esta línea estás tú, aunque yo no te vea: un renglón es un horizonte. Nada termina ahí. Extiendo mi brazo delante de mí y, con una uña afilada, abro la línea donde termina el mar y rasgo el azul. Sigue el mar.

Algunas palabras son tatuajes en los ojos. No terminan al dejar de leer. Yo sé que estás ahí. Gracias J. Nada hay tan pretencioso como un punto y final. Éste que viene ahora, por ejemplo, cree que con él terminará todo. Tu y yo sabemos que no será así.

Ergaster

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